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Se sabe que las plantas nativas sostienen el equilibrio del ecosistema y están adaptadas a vivir con el agua de lluvia o poco suministro externo. Además otorgan alimento, refugio y sitio de reproducción para la fauna local, que reparte las semillas y poliniza las flores, atrayendo diversos taxas y conformando una red compleja de interacciones. La presente experiencia consistió en diseñar y desarrollar corredores biológicos con plantas nativas para incrementar la agrobiodiversidad en sistemas productivos extensivos, generar oportunidades a las especies controladoras biológicas y aumentar la provisión de servicios ecosistémicos. Se desarrolló en los bordes del módulo agroecológico de la CEI Barrow, Buenos Aires, Argentina, durante el 2021 y 2022. Se crearon dos corredores lineales y sobre cada uno se armaron 4 parches discontinuos con árboles y arbustos nativos y se intercalaron herbáceas nativas. Hasta el momento se logró una supervivencia del 83% de árboles, 43% de arbustos y el 32% de herbáceas. Fue posible identificar un aumento de entomofauna benéfica presente, ejemplares y ootecas de mantispidos (Mantispidae, Neuroptera), coccinélidos (Coccinellidae, Coleoptera), y arácnidos (Araneidae, Arachnida); y de avifauna carnívora e insectívora como halconcito colorado, lechucita vizcachera, churrinche juvenil e Inambú chico. Con los corredores se espera aumentar los recursos y refugios para los controladores biológicos, polinización, y también mejorar la estructura de los suelos.